El Tata Cedrón

  • Su historia de puño y letra con Contreras
  • Canciones al paso (por Andrés González)

Desde Buenos Aires nos llega el precioso texto de Juan Carlos Cedrón, el Tata Cedrón. Guitarrista, compositor, fundador del Cuarteto Cedrón y un grande del tango argentino que triunfó en París tras su exilio forzoso en 1974. Él mismo nos relata, a su manera, sus recuerdos de Francia, de la bohemia parisina de músicos, escritores… y un constructor de guitarras. Su texto en recuerdo de Manuel Contreras lo titula “Majo”, esa expresión tan castiza.

Sobre su generosa y entrañable iniciativa en pandemia, “Canciones al Paso”, nos deja un emotivo testimonio escrito el lutier argentino Andrés González, común amigo, al que agradecemos enormemente su colaboración.

He aquí “Majo” y “Canciones al Paso”

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MAJO
Por Juan Carlos Cedrón

Desde el año 78 en que conocí a Manolo Contreras, siento un cariño hacia él que era, como decía Paquito (Paco Ibáñez), majo. Sí, era un pan de Dios.
La rue Delambre, El Salvi , Mme Yvette, Mr Ursain, los omelettes famosos y Manuel con sus guitarras. Y la mesa de mus: ¡órdago a grande!, ¡siete, siete…!

Me acompañan los olores, la luz, el París de ese entonces. La rue de la Gaite, Bobino, Brassens, Arturito, el hotel Namur y Manuel con sus guitarras.
La primera fue una de estudio de dos mil francos. Tenía una Ramírez que me había regalado Paquito, pero me gustaba más la Contreras. ¿Sería para mimarlo? ¿para homenajearlo?…

Con esa guitarra grabé desde el 78. Ahí está en todos los discos.
En el 82 tocamos en Granada, en el «Festival de tango » y al regresar teníamos que hacer escala en Madrid. A mi compañero Miguel Praino, altista, le sugerí ir a ver a Manolo para pedirle un capotraste color habano claro. ¡Bué…! abrazos y apretones de manos amigas que se reencontraban. Y sonrisas de cariño, de verdad las recuerdo… era ¡¡majo!!

Va y me dice: “si pasas dentro de unas horas tengo tres guitarras para probar”. ¡Vueltas y vueltas por la calle Mayor! Ansioso, porque así soy.
Llegó la hora, vamos y me dice: “dentro de una hora tengo otra más”. ¡¡Vuelta la burra al trigo!!
Más vueltas, entramos y comienzo a probar algunas en el taller del fondo. En la entrada estaban encordando y afinando una guitarra. Escuché su sonido: …esa, ¡¡¡esa quiero!!!
Es la que tengo desde entonces. A partir de ahí todas las grabaciones son con la Contreras.


Yo sabía que hacía guitarras de doble tapa pero tenía pudor de preguntar. Había elegido “un sonido”… ¿para qué preguntar? Al mirarla con atención no supe si tenía dos tapas.
Un gesto que recordaré siempre es que yo no tenía “pasta”, y se lo hice saber. ¡Y qué despojado! ¡Qué solidario! “Llévala, me dijo, me la pagas cuando viaje a París”.
Al año nos volvimos a encontrar y todo quedó en orden.
Sí, sigo teniendo un gran cariño y recuerdo de Manuel.

Con el tiempo, mi hijo Román Cedrón, lutier de instrumentos antiguos y contrabajista del cuarteto durante 18 años, muy observador, me dice: “papá, el fondo de la Contreras tiene dos maderas diferentes. La madera de adentro es diferente a la de afuera”. Y sí, dos tapas.

Esa es la historia. Mis amigos guitarristas, cuando nos encontramos me dicen:»¿me prestas el piano?»
Y sí. La de la puerta de casa es la Contreras. Me la paso bomba como dicen ustedes tocando para dos o tres personas, mirándonos a los ojos. Es otra forma de hacer escuchar sonidos.
¿Será la Contreras…? ¿seré yo? ¡¡Me atrevería a decir que es Manolo Contreras en el aire!!
Era majo.
Qué hermosa historia.
Los abrazo desde Buenos Aires.

Tata Cedrón

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CANCIONES AL PASO
Por Andrés González

En Argentina los días de pandemia no difieren mucho de los del resto del mundo. Poca gente transita las calles y en todas ellas se respira un aire de tristeza e incertidumbre. Salvo en el barrio de Villa del Parque, en la Ciudad de Buenos Aires. Ahí todo pareciera ser distinto. Hay algo que le da vida al barrio. Como en los tiempos más difíciles de nuestro país, hay un artista que pone el cuerpo, la voz y su creatividad al servicio de la comunidad.
Juan Carlos Cedrón, el Tata, para los amigos, una vez más sortea las dificultades para seguir haciendo lo que sabe y ama: divulgar el arte de la música y la palabra.

Desde la puerta de su casa, y siguiendo con todos los protocolos, ofrece «Canciones al paso». Un ciclo que surge de su imperiosa necesidad de expresar su arte.
Quien quiera, con cita previa, pasa por su casa y el Tata le interpreta una o dos canciones.

Él con su inseparable compañera (su querida guitarra Manuel Contreras de la década de los 80) tal cual le dijera a quien suscribe: «atiende a su oyente como si fuera una consulta médica»… y lo es después de todo, porque de esta forma no hace otra cosa que sanar el alma y el espíritu de una creciente cantidad de admiradores.

Buenos Aires, 5 de noviembre de 2020

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